Las Colinas Euganeas son una zona montañosa formada por un centenar de elevaciones de origen volcánico, cuya altura no supera los 600 m, creadas en dos fases distintas a raíz de las tensiones que también fueron esponsables del progresivo ascenso de las Alpes.
Nacieron a raíz de erupciones submarinas con efusiones de lava basáltica, durante el Eoceno superior, al que siguió en el Oligoceno una actividad caracterizada por magmas viscosos, que dieron lugar a la formación de depósitos de traquita.
Estos fenómenos ocurrieron hace aproximadamente 30 millones de años.
La peculiar historia geológica ha hecho posible la formación de una extraordinaria biodiversidad botánica y faunística: desde 1989 la zona está declarada Parque Natural.
La flora de las Colinas Euganeas se caracteriza por un sorprendente número de especies.
El diferente origen y composición del terreno, la morfología accidentada y singular de los relieves (responsable, entre otras cosas, de microclimas contrastantes), el aislamiento de otros conjuntos montañosos y la alternancia de eventos climáticos, ligados a los
períodos glaciares y post-glaciares
, hacen de las Colinas Euganeas una isla naturalista compleja, donde especies termófilas y microtermales viven en estrecho contacto.
La fauna de las Colinas Euganeas está compuesta hoy en día principalmente por pequeños mamíferos, reptiles, anfibios y aves.
Entre los carnívoros se encuentran los zorros y los mustélidos como la marta, el tejón y la comadreja.
Entre los herbívoros se encuentran lagomorfos como la liebre.
Entre las aves se encuentran: faisanes, codornices y halcones.
Entre los reptiles se encuentran las serpientes comunes y el lagarto verde; la aparición de los jabalíes es reciente.